La corrupción política administrativa salpica a los tribunales.
El auto de la jueza del juzgado nº4 de lo contencioso administrativo de Granada acaba de demostrar hasta el punto en que la corrupción y la putrefacción infecta nuestra sociedad.
La juez da satisfacción a sus amigos, los poderosos, y dicta un auto; sin ninguna garantía, que deja a todo un pueblo en manos de unos psicópatas del enriquecimiento y la especulación.
Sin fundamentos ni base alguna autoriza una empresa a realizar unas obras inexistentes e ilegales, (como indica el fallo del tribunal supremo), en el término municipal de Cortes, cuyo Ayuntamiento en cumplimiento estricto de la legislación vigente había paralizado.
El poder judicial se convierte en una herramienta más en un juego sucio, al servicio de la corrupción de los poderosos en su abuso y lucro a costa de robar a los humildes.
A pesar de esto, el pueblo de Cortes estaremos al lado de nuestro Ayto. dejando claro nuestra absoluta confianza en su inteligente y hábil gestión, que ha obligado a la corruptela administrativa a jugar sucio, y usar la justicia de forma infundada para su propia satisfacción.